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Cuando el tiempo y las circunstancias lo permiten, el médico debe explicar gentilmente el porque la lesión o la enfermedad limitará significativamente las opciones del paciente. En el caso de un severo trauma, si la persona está consciente, se le solicita al paciente que observe la extremidad lesionada. Con frecuencia esto ayuda a la toma de decisiones. La persona quizás me diga "Si doctor, la estoy observando, está realmente mal" y así él o ella entenderá la difícil decisión a ser hecha. En casos de condiciones crónicas, tal como la diabetes, ulceraciones, osteomielitis, el proceso es diferente. En esas ocasiones, el individuo tiene que sopesar las oportunidades de sanar la úlcera o infección presente, las oportunidades del pie de permanecer saludable, y la probabilidad de que la extremidad residual todavía sea funcional.
El médico debe comunicar al paciente la naturaleza de la lesión o condición y si técnicamente es posible salvar la extremidad afectada. Muchas de las veces, si nosotros podemos salvar la extremidad, es prudente hacerlo. Pero el predecir los resultados de la curación no siempre es fácil. Mientras nuestro instinto natural desea salvar cualquier extremidad severamente lesionada, existen ocasiones cuando esta decisión puede colocar a las persona en un incrementado riesgo de complicaciones.
Muchas personas pueden que no estén enteradas de cuan difícil puede ser vivir con una extremidad lesionada y que es salvada para uso adicional. Quizás ellos han escuchado acerca de maravillas de implantes quirúrgicos de extremidades y que extremidades severamente lesionadas son ahora rutinariamente.
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